El ‘collage’ de Kapuscinski

«El Emperador es un collage que Kapuscinski elabora para reflejar la imagen del emperador Selassie«. Con esa frase describió Rubén Darío Torres, politólogo, la obra «El Emperador», de Ryszard Kapuscinsky. Tal y como se afirmo en el post anterior, Torres coincide en que esta obra e sun puzzle que, pieza a pieza, reconstruye la vida y la personalidad de un dictador ajeno a lo que le rodea.

Flisek y Torres, en Atzavares

La intervención de este politólogo estuvo enmarcada en la primera parte del II Seminario Ryszard Kapuscinski de la UMH, dedicado a esta obra del periodista polaco. Al mismo evento, acudió Agnieszka Flisek, profesora de la Universidad de Varsovia y ex secretaria de Kapuscinski. Flisek, compartiendo mesa con Rubén Darío Torres, describió la personalidad del reportero pelaco desde su punto de vista y desmenuzó varios detalles de su obra, de la que destaco su «lenguaje barroco«, capaz de adaptarse a cualquier lector y estilo. Además, Flisek también recalcó que, lejos de la mayoría de los periodistas actuales, Kapuscinski empleaba un «método neutro» con el que intentaba no favorecer a nadie en particular, simplemente mostrar la verdad.

Agustón Vico y J.L. González

Agustón Vico y J.L. González

En el segundo turno del primer día del seminario, intervino el periodista Agustín Vico, quien relató divertidamente cómo, a su llegada a la unviersidad para participar en el seminario, escuchó una conversación entre dfs alumnos de periodismo que calificaron la obra «El Emperador» como «una bacalá infame» y «un reportaje sin maquetar«. Vico expreso su punto de vista, totalmente contrario al de estos estudiantes, y destacó del reportero polaco su capacidad para encontrar buenas historias y narrarlas con un perfecto estilo.

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El emperador que nunca dejó de serlo

La crítica literaria alaba el libro de «El Emperador«, de Ryszard Kapuscinski,  y lo tilda en la mayoría de textos valorativos como «extraordinario«. Y no es para menos. El trabajo del periodista polaco en esta obra es sencillamente sublime. He de confesar que antes de comenzar la lectura desconocía quién era el emperador Haile Selassie de Etiopía, por lo que la singularidad del personaje me despertaba la curiosidad conforme avanzaba entre las páginas del libro.

Cada noche me dedicaba a escuchar a los que habían conocido la corte del Emperador […] Los visitaba al caer la noche y para ello tenía que cambiar de coche y de disfraz varias veces. Los etíopes, que son muy desconfiados, no querían creer en la sinceridad de mis intenciones: tratar de encontrar el mundo barrido por las ametralladoras de la IV División»

Este fragmento de texto, sacado de la introducción del libro «El Emperador«, refleja muy bien el método que empleó Kapuscinski para realizar esta obra. Se entrevistó con aquellos cortesanos que tuvieron contacto con el emperador Selassie cuando éste reinaba y que todavía seguían vivos. Bajo mi punto de vista, es algo parecido al trabajo previo a una biografía de algún fallecido que, en vida, fue protagonista de acontecimientos relevantes. Sin embargo, ese aparentemente sencillo trabajo estuvo lleno de dificultades. En un país como la Etiopía de finales de los setenta, en plena guerra civil, cualquier extraño era un sospechoso a los ojos de la autoridad. Sin embargo, el polaco se las arregló como pudo, hasta disfrazándose como bien dice él, para llegar a todas las personas posibles que sirvieron a Selassie.

Y el resultado de ello es un collage, un rompecabezas donde las piezas son todos y cada uno de los testimonios que Kapsucinski recoge en Etiopía. Un puzzle que, una vez completo, esboza un retrato veraz y creíble de uno de los dictadores más influyentes de la historia, que en vida no parecía ser consciente de todo lo que le rodeaba. A su vez, también es una radiografía de la Etiopía de antaño, un país donde la pesadilla estaba presente en cualquier rincón de sus calles.

Desde el punto de vista periodístico es, sin duda, una obra maestra en cuanto a estilo e investigación. Una obra que, aunque pesada, es muy recomendable.

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Pau Llop y la neutralidad de la red

17 marzo 2010 1 comentario

Pau Llop visitó a los alumnos de cuarto de periodismo de la Universidad Miguel Hernández (entre los que me encontraba yo) el pasado miércoles 10 de marzo. El joven periodista alicantino, fundador de bottup, ofreció una amena charla en la que analizó al detalle la situación actual del periodismo y sus posibilidades de futuro haciendo hincapié en el periodismo digital. También trató varios conceptos como el de neutralidad de la red, periodismo ciudadano o periodismo hiperlocal, entre otros. Además, habló de las posiblidades de las redes sociales como medios comunicación, de las que dijo que «se puede sacar muy buena información de ellas» y destacó el ejemplo de Twitter, herramienta que cada vez es más popular entre los periodistas. Por último, respondió a las preguntas que les realizaron los alumnos asistentes que, tal como expresó Pau Llop en Twitter, se mostraron muy «proactivos«. En el mismo comentario, el joven periodista aseguraba que la actitud de los mismos le resultó «esperanzadora«.

A continuación os dejo un vídeo con las principales respuestas de Pau Llop a las preguntas de los alumnos de periodismo de la UMH:

Descarga la conferencia de Pau Llop a los alumos de 4º de perodismo de la UMH.

Érase una vez un periodista a un ordenador pegado

1 marzo 2010 1 comentario

Hace algunos años, la gran mayoría de la sociedad internauta concebía la Red como una herramienta de comunicación al uso (chat, envío de correos electrónicos…), pero de un tiempo a esta parte se ha impuesto la concepción de Internet como el principal recurso para buscar contenidos informativos. Raro es aquel medio de comunicación periodística que no cuente con su página Web en el ciberuniverso. Sin embargo, ahora no basta sólo con tener un portal en la red. Hay que estar al tanto de las tropecientas herramientas que ven la luz cada día en Internet e intentar sacarles partido para mejorar aquel medio en el que trabajemos. La versión digital de un medio debe renir una serie de requisitos para cumplir su función como cibermedio.

Lo que se le exige ahora a estos medios digitales es que no sean meras copias del formato original (impreso o audiovisual). Que no se limiten a volcar contenidos, sino que estén actualizados constantemente, que la información sea fácilmente accesible, que sean atractivos y que inspiren confianza. Pero, además, también es imprescindible que no sean páginas ‘estáticas’. El medio debe permitir una total interacción con el usuario con diversas herramientas (blogs, espacio para comentarios, foros, chats…) pero, ahora más que nunca, ha de hacer uso de las redes sociales o de las nuevas plataformas web 2.0. Facebook, Tuenti, Twitter, Flickr… los grandes medios incluyen en sus informaciones herramientas para compartir las noticias a través de estas redes sociales. Incluso muchos medios forman parte activa de ellas: véase Sport.es en Facebook, Elpais.com en Twitter y hasta The New York Times en Myspace.com.

A todo lo comentado se debe la exigencia del ‘Periodista Multimeda‘, aquel profesional que sea un 4×4 dentro de Internet. Pero cabe plantearse la siguiene cuestión: ¿puede el periodista multimedia manejarse con todas las herramientas que continuamente salen en el universo digital? Un periodista que trabajara en un medio 2.0 debería, después de publicar la noticia en la web del periódico, colgarla en el perfil del medio en facebook, enlazarla en twitter, subir el vídeo a YouTube (si fuera necesario) y un sinfin más de tareas para que su cabecera gane presencia en Internet. Creo que esto podría conllevar una saturación en la red en el sentido de que hay tantas formas de difunfir la información que llegará el momento en el que el usuario no sepa dónde buscarla, si en twitter, en facebook, en las futuras redes sociales o en casa del vecino.

Tal como escuché en una reciente conversación, «si tu avión se va a estrellar, mándame un sms que lo twitteo el primero». Es cierto que estas nuevas herramientas te permiten ofrecer información actualizada casi al segundo de lo que ocurre, pero ¿conviene estar todo el día pegado al ordenador?

Hay tres criterios de particular importancia para los cibermedios: la inversión en personal para generar contenidos específicos, más allá de los artículos de opinión y las informaciones de las agencias; el uso de materiales multimedia; y que mantengan una relación fluida con su público, no sólo a través de herramientas interactivas como los sistemas de comentarios, sino procurando tener en cuenta sus intereseses y afinidades en la configuración del ‘menú’ informativo»

→ Guillermo López, en Diariocriticocv.com

La locura de la prensa deportiva

14 febrero 2010 5 comentarios

El periodismo deportivo se ha vuelto loco. Concretamente, aquel periodismo que informa sobre el fútbol en nuestro país. A cualquier periodista se le exige objetividad y un análisis riguroso, pero estos dos elementos parecen haberse ido de cañas si día a día leemos los periódicos deportivos de España. As, Marca, Sport y Mundo Deportivo, los cuatro diarios deportivos «grandes» de la península, mantienen una enorme disputa desde hace varios años que, más allá de que unos defiendan al Barcelona y otros al Real Madrid, les ha llevado a publicar lamentables informaciones. Como ejemplo, podemos mencionar todo lo que ha salido en las páginas de estos cuatro periódicos desde que al madridista Cristiano Ronaldo le sancionaran con dos partidos por golpear con su antebrazo a Mtiliga, jugador del Málaga, y fracurarle el tabique nasal.

En As y Marca, en vez de ojear el reglamento de la LFP en materia de sanciones, se apresuraron a buscar imágenes en las que algún jugador del máximo rival, el Barcelona, cometiera una acción similar a la de Cristiano Ronaldo sin ser sancionada. Y las encontraron. Por su parte, Sport y Mundo Deportivo se dedicaron a tachar de agresivo y chulo al jugador del Real Madrid (véanse las siguientes portadas). ¿Alguno echó una ojeada el reglamento para saber si la sanción era correcta? No.

Fuente: lalibretadevangaal.com

Como este caso, podemos encontrar una gran variedad, además de columnas de opinión que, más allá de expresar una idea, llegan incluso a ofender y a poner en duda el trabajo de los profesionales de la LFP y el Comité de Árbitros. ¿Es esto lo que se pide a la prensa deportiva? Defnitivamente, no. Los periodistas de estos diarios se escudan muchas veces en que su posición es honrada y que, de esta forma, no engañan ni manipulan al lector, sino que crean opinión pública libre, pero lo que hacen en realidad es tratar al lector como un ente sin razón ni capacidad de reflexionar.

Ser objetivo en el Periodismo es una utopía que no me parece recomendable. Una cosa es la información pura y dura del teletipo a través de las agencias, pero a partir de ahí el periodista debe valorar y trasladar su impresión, basada en sus conocimientos, al receptor. ¿Acaso los analistas políticos no tienen colores? Todos somos subjetivos, pero yo opté por ‘salir del armario’ profesionalemente porque la gente merece un respeto y que le digas las cosas como tú las ves, no como sería políticamente correcto.«

→Tomás Roncero, periodista del diario As

En otro medio de comunicación como la televisión también nos encontramos con informaciones cuya objetividad, rigurosidad y utilidad podemos poner en seria duda. Véase la magistral lección de anatomía que La Sexta ofreció a través de los músculos de Cristiano Ronaldo. Además, desde hace un par de años han surgido varios programas de debate futbolístico donde el debate también se va en ocasiones a tomar unas copichuelas con su amiga la objetividad. Es tanto el afán por desacreditar al que piensa de forma contraria que se llegan a producir comentarios y acciones dignas de un programa del corazón. Incluso, a veces, parece que falta poco para que los conertulios lleguen a las manos.

Por suerte, contra este tipo de periodismo, existen espacios, como Lalibretadevangaal.com o el espacio televisivo Periodistas Fútbol Club (ya retirado de la parrilla) que tratan de hacer una crítica constructiva hacia la prensa deportiva española. Además, es tal la indignación que provoca entre los lectores y la audiencia que el portal Diarios de Fútbol ha creado un grupo en facebook que exige «una prensa deportiva inteligente«. ¿Cómo conseguirlo? Difícil. Hasta que la objetividad no vuelva a los medios de comunicación y el forofismo se quede en las gradas de los estadios tendremos que seguir soportando este intento de periodismo.

Ahora, si no te declaras forofo, parece que eres tonto

→Javier Hernández, periodista de Antena 3

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Treinta años de primera

A finales del año pasado, el diario El País cumplió la friolera de 30 años. A continuación, mediante 5 titulares, trataremos de expresar que han podido significar estas tres décadas dedicadas a la actividad periodística para el que hoy es el diario de información política más leído en toda España:

La política en portada

El diario El País siempre ha destacado por el ser el más independiente de todos los periódicos que se han publicado en España.

Al lado de la Ley

Ante conflictos nacionales o internacionales, la objetividad siempre ha sido la clave de la información que difundía (y difunde) El País.

La voz del pueblo

Portadas como la de la derecha son una clara muestra de que este diario ha estado siempre del lado de sus lectores reflejando sus pensamientos.

Más allá del horizonte

El País, además, también se ha caracterizado por ser uno de los que más y mejor información internacional aporta a los lectores españoles.

El Rey de la prensa española

Con 30 años, todos aquellos profesionales que han formado y forman parte de El País pueden sentirse orgullosos del trabajo que han realizado.

Internet: futuro de la vida periodística

John Carlin, en su artículo «El momento crucial» de la prensa se pregunta cuál será el futuro del periodismo ante la aparición de nuevos medios de difusión de información, como Internet, que están sumiendo en una lenta agonía a los medios más tradicionales como la prensa escrita.

Hay quien piensa que el último periódico en papel se imprimirá en el año 2043, incluso algunos vaticinan una muerte más próxima que rondará la década de 2020. Nadie puede predecir con exactitud cuando morirá la prensa en papel, incluso nadie puede asegurar que el papel desaparecerá. Lo que sí está claro es que la aparición de Internet y su impacto en los medios de comunicación no fue algo que llegase de forma inesperada, sino que era algo que se auguraba pero, aún así, nadie ha sido capaz de encontrar una solución eficaz ante este problema, cuya fundamental consecuencia es la pérdida de beneficios.

Una de las pocas soluciones que paracen garantizar un mínimo grado de supervicencia es la convergencia de redacciones, es decir, que un mismo medio impreso tenga edición en papel y edición digital, como la gran mayoría de las cabeceras de peso de España. Los portales web de información atraen una gran inversión publicitaria puesto que son un soporte multimedia con una gran infinidad de ventajas sobre el papel.

Portales web, blogs, cuadernos digitales… Existe una gran cantidad de herramientas que permiten dejar de lado el papel y dedicarse a escribir información a través de la red. En mi opinión, sólo es cuestión de tiempo que éstas acaben por imponerse. Es más, creo que es un aspecto generacional: los jóvenes (los blogueros) cada vez leen menos prensa escrita y prefieren informarse en la Red, por lo que conforme vayan desapareciendo las generaciones más ancianas (los viejos rockeros del papel) irá muriendo el papel al mismo tiempo.

El delito de informar en Internet

19 enero 2010 1 comentario

Reflexión sobre ‘Ni respeto ni silencio‘, artículo de JuanLuís Cebrián  en El País publicado el pasado 10 de enero:

A finales de diciembre de 2009, la justicia volvió a jugarle una mala pasada al periodismo español. El juez Ricardo Rodríguez Fernández, titular del Juzgado de lo Penal número 16 de Madrid, emitió una sentencia en la que condenaba al director de la Cadena SER, Daniel Anido, y al director de informativos de la cadena, Rodolfo Irago, a un año y nueve meses de prisión y a las penas accesorias de «inhabilitación especial para la dirección de medios de comunicación y el ejercicio de la actividad de periodistas» y a «inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo» durante el tiempo que dure la pena privativa de libertad impuesta, según informó la página Web de la emisora el 23 de diciembre. El supuesto delito que cometieron estos periodistas fue publicar en dicha Web una lista de militantes del Parido Popular de Villaviciosa de Odón que se afiliaron de manera irregular al mismo.

Los periodistas condenados

Los periodistas acusados. / Elblogferoz.com

El juez argumenta en la sentencia que la protección constitucional sobre el derecho a la información libre se refiere a televisión, radio y prensa escrita, y que Internet no es un medio de comunicación al uso. Además, habla de «revelación de secretos«, de una vulneración en la intimidad de las personas implicadas. En su escrito, Juan Luís Cebrián, arremete contra esta decisión del juez con varios argumentos fundamentales:

-«El deber profesional y ético de todo periodista es revelar secretos, sobre todo cuando sirve para desenmascarar los excesos del poder»: El periodista es un investigador y debe dar a conocer todo aquello que sea irregular y pueda afectar de manera nociva a la vida pública, como ocurre en este caso. No es de recibo permitir que se produzcan irregularidades en un partido político, organismo del que puede depender gran parte de la vida de los ciudadanos. En cuanto a lo de «revelar secretos», ¿en realidad estos periodistas revelaron algún secreto? Considero que no. La afiliación política a un partido no puede ser secreta, puesto que implica participación en la vida pública y un partido recibe votos de determinada parte de la sociedad, la cual merece un respeto y total transparencia.

-«Puedo estar de acuerdo con él en que Internet no es, en sí misma, un medio de comunicación social, pero las páginas web que a través de ella se difunden sí lo son»: De acuerdo, Internet no es un medio de comunicación, cumple muchísimas más funciones. Pero sí es cierto que para que se cumplan todas esas funciones debe existir comunicación, un intercambio de información, y es en los portales Web de los medios donde se produce gran parte de ese intercambio. Además, ¿no se exige a los periodistas inmediatez para las noticias? Pues no hay mejor medio para ello que Internet, más cuando, en un caso como este, la información es veraz, rigurosamente contrastada.

Esperemos que, tras recurrir los periodistas acusados esta «sentencia», todo se solucione por el bien del periodismo y de la libertad de información. Esperemos, también, que en un tiempo no muy lejano se complete el vacío legal que hay sobre la consideración de Internet como medio de comunicación, algo urgente y vital.

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La clave está en reinventarse

Reflexión sobre «Compromiso y relevancia», octavo capítulo del libro «Los elementos del Periodismo», de Bill Kovach y Tom Rosenstiel:

La audiencia quiere información y entretenimiento (infotenimiento) a la vez y, durante estos últimos años, las empresas informativas, con el objetivo de conseguirlo, han ido cayendo en el sensacionalismo barato. Sirvan de ejemplo los programas del corazón que hoy día abundan en casi todas las cadenas de televisión.

«Los periodistas deben esforzarse para que el significante sea sugerente (atractivo) y relevante«. Así lo ordenan Kovach y Rosenstiel en «Los elementos del Periodismo». ¿Cómo se consigue ésto? Pues uniendo cada uno de los criterios que hemos ido comentando a lo largo de todos los posts anteriores de este blog.   El periodismo debe reinventarse, una necesidad vital. Quizás, una de las vías más eficaces sea la del ya conocido periodismo «hiperlocal». La gente busca historias buenas y cercanas, a ellos les gustaría ser los protagonistas de alguna pieza en un iformativo o en una página de un periódico. Eso sí, sin faltar nunca a la verdad, pues la pérdida de credibilidad no le viene bien a ningún reortero. Las normas básicas de contrastación y verificación de la información deben estar siempre presentes, lo cual lleva incluido de serie un buen tratamiento de las fuentes.

Llegados a este punto, volvemos a un aspecto tratado con anterioridad. Si las empresas informativas caen en el sensacionalismo, ¿a quién sirve el periodista? ¿quién manda aquí?. El profesional debe plantarse y apoyar esa reinvención periodística, sin dejarse influir, puesto que es esclavo de su audiencia, quien a su vez es su mayor tesoro. Ahora bien, ¿qué se puede hacer para entretener al público a la vez que se le da información relevante?. Podemos encontrar una infinidad de propuestas que ya se utilizan, como experimentar con técnicas narrativas, el relato de experiencias, aportar una nueva estructura a las noticias, centrarse en el personaje y los detalles… Considero que, por ejemplo, en el periodismo escrito una buena alternativa sería la de expermientar con técnicas narrativas, como si se contara una pequeña historia con un personaje principal, una trama, un argumento y un escenario. Los datos perderían su frialdad, se captaría la atención del lector y, como indica Roy Peter Clark, profesor de escritura en el Poynter Institute de Florida, «la noticia ganaría en significado». Incluso, apostaría por introducir el humor en aquellas noticias que fueran susceptibles de ser contadas para hacer reir.

Para informar y entretener hay que tener claro que siempre será mejor aquella noticia de la que el lector/audiencia pueda sacar alguna conclusión relevante que cualquier información morbosa y amarillista. La clave está en reinventarse.

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La audiencia toma partido

Reflexión sobre «El periodismo como foro público», séptimo capítulo del libro «Los elementos del Periodismo», de Bill Kovack y Tom Rosenstiel:

En varios de los posts anteriores se ha hablado de que el periodista se debe al ciudadano y a la verdad informativa, quien es realmente su jefe. Ahora bien, ¿el ciudadano es un ente pasivo que sólo recibe información? No. El receptor de un medio de comunicación puede (y debe) tomar partido en este «juego» que es el periodismo. Lectores y audiencia no sólo deben juzgar aquello de lo que se les informa, si no también la información en sí. Deben decir si están satisfechos con el «servicio periodístico», tienen derecho a réplica. El feedback entre periodistas y público debe existir.

La aparición de Internet ha ayudado mucho a aumentar la comunicación entre el periodista y su audiencia. A los medios tradicionales como las cartas al director, se añaden los espacios para comentarios en los portales Web de la mayoría de los principales medios de comunicación, por no hablar ya de las redes sociales o los blogs, páginas éstos últimos cuya esencia reside en los comentarios de sus lectores. Por eso, hago mías las palabras de Kovach y Rosenstiel en este capítulo de «Los elementos del Periodismo»: «El periodismo debe proporcionar un foro para el debate y el compromiso públicos. […] que ese debate se construya sobre los mismos principios que el resto del periodismo, empezando por la necesidad de atenerse a la veracidad, los hechos y la verificación. Porque un foro sin consideración por los hechos no es un espacio de información. Un debate basado en los prejuicios y las suposiciones no es más que provocación» (página 187).

Desgraciadamente, en la actualidad, los espacios de más audiencia, por ejemplo, en televisión, son los menos constructivos a la hora de evitar la provocación. No hay más que ver la cantidad de programas del corazón que manchan la pantalla de nuestro televisor. Incluso algún programa deportivo se apunta a esta moda.

La pregunta es: ¿por qué? Considero que los medios de comunicación, desde hace varios años, tratan a la audiencia como una masa homogénea escasa de criterio que se conforma con el morbo televisivo. Y lo peor es que la gran mayoría del público lo acepta: «si es que es lo único entretenido que ponen en la tele, la Esteban es lo que más llama la atención», me decía un familiar en una reciente cena de Navidad. ¿Qué puede hacer el periodista? Éste es otro difícil objetivo para los jóvenes profesionales de la información: acabar con la información basura y reinventar el periodismo, basándose en las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para crear un espacio crítico y constructivo donde periodista y público aprendan el uno del otro. Feedback del bueno.

Los medios ya no son emisores únicos. La audiencia ha salido del letargo y con una sociedad cada vez más formada e informada, es normal que los medios se conviertan en altavoz de lo que dicen los demás. Los medios no pierden las misiones hasta ahora conocidas, pero sí que deben ampliar su campo de acción para no quedarse atrás y para no sólo hablar, sino también escuchar»

Rosa Jiménez Cano, periodista, en Canarias7.es

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